LA ALOPECIA ANDROGÉNICA

La alopecia androgénica es considerada como el inicio de la decadencia del cabello. Es una etapa en la que el cabello empieza a mermar, a disminuir. La cantidad de cabello al principio no se ve del todo reducida en cantidad, el inicio mismo de lo alopecia androgénica está marcado por un cambio en la estructura del cabello. Las hebras mismas varían en su coloración y robustez, finalmente el cabello deja de crecer en determinadas zonas de manera gradual. No es que el cabello desaparece de un día al otro, como reza el estereotipo que gira alrededor de esta patología. El cabello cae de una forma lenta y en este momento debemos entender dos factores: es mejor tratar la enfermedad cuando la alopecia comienza en sus primeras etapas, y segundo, hay factores de riesgo que predisponen que un hombre y una mujer sufran esta enfermedad. Por eso es mejor conocer todos los factores, como síntomas, causas y efectos de la caída del cabello, para reducir el impacto que sufre la persona que es víctima de esta enfermedad.



La alopecia androgénica es el tipo más común y frecuente de alopecia. Generalmente, los principales afectados son los hombres aunque también  esta afecta a un determinado público femenino. Sin embargo, esta enfermedad no se ve sólo limitada a los seres humanos, sino también a una gran diversidad de animales, particularmente los primates.

Existe una variedad de formas de tratar la alopecia androgénica. Más aún con la tecnología con la que se cuenta en la actualidad. Una de estas formas consiste en someter al cabello a tratamientos con lociones o cremas a base de cafeína, que estimulan el crecimiento de cabello. Estos tratamientos se aplican de forma directa y suelen dar resultados relativamente buenos. Otros recurren a tratamientos naturales, lo malo de estas prácticas es que no hay un registro científico que avale esta práctica; es decir, no hay pruebas concretas de la efectividad de estos tratamientos. Finalmente, existen otro tipo de tratamientos que buscan ayudar o estimular el crecimiento del cabello a través de equipos que emiten sonidos o luces a determinada frecuencia o longitud de onda respectivamente, que tratan de “reanimar” las zonas del cabello afectadas por la alopecia común.




El principal motivo de este blog de alopecia androgénica es hacer conocer todo sobre esta enfermedad para que así se puedan evaluar los tratamientos necesarios que permitan el desarrollo del cabello y minimicen el impacto de esta enfermedad. Sean ustedes bienvenidos.

TRATAMIENTO DE LA ALOPECIA ANDROGÉNICA

Una vez identificada la enfermedad por el médico, se debe tener en cuenta que muchos de los tratamientos que usualmente se publicitan no suelen ser realmente efectivos, o no al menos al nivel que necesita el cabello que sufre de alopecia androgénica. Cuando se ha diagnosticado esta enfermedad, se debe empezar por conocer los tratamientos y ver si estos de verdad han sido corroborados por estudios científicos que avalen su efectividad.



Como una pauta, por lo general, hay tres tratamientos para la alopecia androgénica que suelen considerarse como válidos:

(Use este artículo sólo con fines informativos. Nunca se auto medique. Siempre consulte a su doctor)

El minoxidil: Se trata de un vasodilatador, que aunque en principio se usaba de forma oral para tratar a pacientes con hipertensión, de forma accidental se descubrió en los años 80 su efecto secundario que consistía en el crecimiento del cabello. Este medicamento se produce en disolución y se suele aplicar en concentración de 5% para varones y 2% para mujeres.

La finasteridina: Es un medicamento que se administra de forma oral. Tiene un efecto que va en contra del principio de la alopecia androgénica.

Autotransplante: Es el método “manual”. A través de este método, se realiza un procedimiento estético por el cual se traslada el cabello.




La mayoría de tratamientos para la alopecia androgénica que se consideran como válidos suelen radicar entre estos principios. Le recomendamos siempre visitar a un especialista (por lo general un dermatólogo) que evalúe su caso y de acuerdo a sus antecedentes y el avance de la enfermedad pueda recomendar un tratamiento que de verdad se ajuste a sus necesidades. Todo eso es por su bien y de verdad vale la pena invertir en un especialista. Nadie lo guiará mejor que él.